El día que me vaya no se lo diré a nadie
Amat, Kiko (España) Julián es un perdedor: es poco productivo, acumula discos y libros, trabaja en una librería de segunda mano, pasa las noches en el mismo bar de Gràcia. Su único refugio es un mundo paralelo que no hace más que confundir su paso por el planeta. Octavia pierde también, pero menos. Su trabajo, poner la voz en el metro, en los contestadores telefónicos y en incontables sitios más, ha ido erosionando su optimismo lentamente. Su novio la ha dejado p...